Volumen
7 No. 12 Enero-
junio 2025 Páginas
69-75 |
|
ISSN: 2710 - 0537 ISSN-L: 2710 – 0537 |
La Educación y el
Desarrollo Económico de Bolivia
Education and Economic Development of Bolivia
Javier Rodrigo Llanos Baldivieso
llanosbjr@ueb.edu.bo
https://orcid.org/0000-0001-9708-8771
Universidad Evangélica Boliviana, Santa Cruz, Bolivia
María Elena Céspedes
Calatayud
cespedescme@ueb.edu.bo
https://orcid.org/0009-0007-0761-9729
Universidad Evangélica Boliviana, Santa Cruz, Bolivia
https://doi.org/10.61287/rebe.v7i12.1189
Artículo recibido: 21 de agosto 2024 |
Arbitrado: 19 de septiembre 2024 | Aceptado: 20 de octubre 2024 | Publicado: 2
de enero 2024
Resumen
En
este trabajo, se consideró que la educación es la base para emerger de la
pobreza y mejorar la calidad de vida de las personas, pero considerando el
acceso a una educación imparcial y de calidad. De esta manera, el estudio
estableció tres aspectos a analizar: en primero, examinar el nivel de relación
entre el ingreso de las personas con la escolaridad, como segundo aspecto,
discutir el impacto de invertir en la educación para la economía y como tercero
la relación de la educación y el COVID-19. Después de una revisión exhaustiva
sobre el tema, consideramos que existe una evidencia significativa tanto fuera
del país como dentro, que el nivel de educación tiene una relación inversamente
proporcional con el nivel educativo y es responsable de que la persona siga en
la pobreza, siendo la educación el principal factor que le permite emerger de
la misma. La pandemia ha venido a disminuir la calidad de nuestro sistema
educativo, evidenciando fallas en la formación y capacitación de maestros. Los
problemas, como el abandono escolar, han ocasionado un retraso significativo en
el avance curricular.
Palabras clave: Educación; Pobreza; COVID-19; Ingresos; Currículum
Abstract
In this work, it was considered that education
is the basis for emerging from poverty and improving people's quality of life,
but considering access to impartial and quality education. In this way, the
study established three aspects to analyze: first, examine the level of
relationship between people's income with schooling, as a second aspect,
discuss the impact of investing in education for the economy and third, the
relationship of education and COVID - 19. After an exhaustive review on the
topic, we consider that there is significant evidence both outside the country
and within, that the level of education has an inversely proportional
relationship with the educational level and is responsible for the person
remains in poverty, education being the main factor that allows them to emerge
from it. The pandemic has decreased the quality of our educational system,
evidencing failures in the training and training of teachers, problems such as
school dropouts, have caused a significant delay in curricular progress.
Keywords:
Education;
Poverty; COVID-19; Income; Curriculum
INTRODUCCIÓN
Las
diversas hipótesis del desarrollo atribuyen a la educación un papel fundamental
en el crecimiento económico, el bienestar y el desarrollo humano. Organismos
internacionales como la ONU, el BID, la UNESCO y la CEPAL destacan la
importancia de la educación como elemento clave para reducir la pobreza extrema
(Ordaz, 2009). Sen (1999) argumentan que mejorar la educación básica no solo
aumenta directamente la calidad de vida, sino también la capacidad de una
persona para obtener ingresos y deshacerse también de la pobreza basada en los
ingresos; niveles más altos de educación conducen a una mejora en la calidad
del trabajo (mayor productividad de este factor). Esta mejora se ve
recompensada en el mercado laboral con mayores retornos al capital humano, es
decir, con salarios más altos. Si una persona (inicialmente) pobre invierte en
educación, espera una mejora en sus ingresos como retribución, lo que
automáticamente tiene un efecto en su probabilidad de no ser pobre.
Por
otro lado, desde los años noventa la educación ha jugado un papel fundamental
en la agenda global contra la pobreza. La educación se convierte en un factor
central y estratégico para el desarrollo socioeconómico de cualquier país, uno
de los componentes básicos de la inversión en capital humano además de ser una
poderosa herramienta para impulsar la productividad y la competitividad de los
países en desarrollo (Rosales, 2006). Varios países han diseñado programas de
combate a la pobreza con el fin de mejorar el capital humano, construyendo escuelas
cercanas a los sectores más pobres, brindando incentivos económicos a los
docentes o otorgando transferencias monetarias a las familias que envían a sus
hijos a la escuela (Ordaz, 2009).
En
el caso de Bolivia, la educación ha experimentado un gran avance en materia de
alfabetización en las últimas dos décadas; Según el Censo Nacional de Población
y Vivienda de 1992, 20 de cada 100 personas eran analfabetas, mientras que en
2012 la cifra disminuyó a 5 de cada 100. Esto muestra una reducción de 15 a 34 puntos
porcentuales en un período de 20 años.
Además,
la población matriculada en Bolivia creció 5,3% entre 2008 y 2013 (INE, 2014).
Esto refleja la mayor cobertura del sistema educativo en Bolivia. El contexto
económico permitió una reducción sustancial de la pobreza moderada del 63% en
2002 al 45% en 2011, mientras que el índice de desigualdad de Gini cayó de 0,60
a 0,49 entre 2002 y 2013. Estos notables resultados pueden deberse también a
diferentes variables económicas y sociales como inversión pública.
Los
efectos que ha tenido la pandemia sobre la educación son un hecho preocupante,
por la discontinuidad asistencial y reducción de avances de contenidos, que se
tradujo en muchas dificultades operativas, se tuvieron que diseñar clases
virtuales que al inicio no eran de las mejores y que gracias a la voluntad y
preparación en un tiempo sin precedentes de los profesores se pudo mejorar de
una manera importante, no así la cobertura, ya que un porcentaje menor de los
alumnos no tuvo acceso a las clases virtuales (falta de cobertura, motivos
económicos, falta de equipos, etc.). Todo esto puso en riesgo los avances del
2021 y condujo a un rezago significativo para los siguientes años. (BID, 2020 y
UNESCO, 2021)
Es
preocupante el rezago generado por la discontinuidad educativa secundario a la
pandemia, por las implicaciones que se han comenzado a advertir en los
estudiantes de colegios como en los que están en los primeros semestres de la
universidad. (BID, 2020 y UNESCO, 2021).
DESARROLLO
1.
Pobreza
y educación
En
diferentes períodos y países, varios estudios intentaron medir la influencia de
la educación en la pobreza y mostrar mejoras en el bienestar, niveles más altos
de salarios, tasas de desempleo más bajas y un estatus más alto para aquellos
con mayor educación.
Para
los noventa, la CEPAL (1990) muestra datos de varios países (Brasil, Colombia,
Guatemala, Honduras, Panamá, Uruguay, Venezuela, Costa Rica y Chile) y concluye
que, en la región, 10 o más años de estudio, culminando preferentemente en
secundaria, eran necesarios para acceder a mayor bienestar, se tradujo en un
80% de posibilidades de no caer en la pobreza. Datos de Uruguay y Venezuela
muestran que el estrato social del hogar paterno, sigue condicionando las
oportunidades educativas de los hijos. Solo uno de cada cuatro jóvenes de 15 a
19 años, cuyo padre no completó la educación primaria, estaba estudiando sin
demora en la escuela, y cuando la educación de los padres supera la secundaria,
esa proporción se eleva a tres de cada cuatro jóvenes.
Verner
(2004), analiza el caso de Paraíba (Brasil) y revela que la educación es el
factor más importante para la reducción de la pobreza. Todos los niveles de
educación (primaria, secundaria y terciaria) son significativos y están
asociados negativamente con la probabilidad de ser pobre. Afirma que cuanto
mayor sea el nivel de educación, menor es la probabilidad de estar por debajo
del umbral de pobreza. Una vez completada la educación secundaria, la
probabilidad de ser pobre es cuatro veces menor en relación con la educación
primaria completa. La probabilidad de ser pobre habiendo completado la
educación terciaria, según sus cálculos, es seis veces menor en relación con la
educación primaria completa.
Ordaz
(2009) presenta un estudio que evalúa el impacto de la educación primaria y
secundaria en el sector rural de México en tres niveles de pobreza: pobreza
alimentaria, de capacidades y patrimonial. Encuentra un impacto positivo de la
educación en la reducción de la pobreza, con mayor impacto cuando se trata de secundaria
que solo de primaria. Para el sector rural, se concluye que cuando la persona
promedio ha completado la primaria, la probabilidad de encontrarse en pobreza
alimentaria disminuye 7,3 puntos porcentuales, 8,3 en pobreza de capacidades y
6,1 en pobreza patrimonial. La secundaria reduce 10,1 puntos porcentuales la
probabilidad de encontrarse en pobreza alimentaria, mientras que la reducción
de la pobreza de capacidades y patrimonio disminuye 11,2 y 9,6 puntos
porcentuales, respectivamente.
Figura 1. Correlación
Nivel Educativo - Ingresos de las personas
Borraz
et al. (2010) evaluaron el papel de los sistemas educativos como mecanismo para
mejorar el bienestar de las personas en diferentes países de América Latina.
Determinan los retornos de la educación formal en seis países: Argentina,
Brasil, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay. Los autores consideran que los
altos niveles observados de rentabilidad de la educación secundaria son
particularmente indicativos de que la educación puede ser una oportunidad
efectiva para que las personas desfavorecidas de la sociedad accedan a mejores
oportunidades laborales. Su trabajo analiza el impacto de la educación en
diferentes niveles de ingreso y considera importante comprender el diseño de
políticas educativas que favorezcan la creación de oportunidades para aquellos
individuos ubicados en los segmentos más bajos de la distribución del ingreso.
Para
el caso de Bolivia, Zambrana (2010), al analizar los determinantes de la
pobreza, señala que los años de escolaridad aportan gran importancia para
definir personas dentro del rango de no pobreza. Recientemente, Bernal (2014)
muestra que cada año adicional de educación disminuye en 1,84% la probabilidad
de ser pobre.
Villegas
H. (2016) basándose en encuestas de hogares, demostró que las probabilidades de
que un hogar sea considerado no pobre dependen del nivel de educación de los
jefes de familia. Mientras mayor sea el nivel de educación, disminuye el
porcentaje de pobreza. Confirmando que existe un vínculo claro entre educación
y pobreza en Bolivia, donde a mayor nivel de educación, mayor es el valor de la
probabilidad de no ser pobre.
En
el gráfico anterior podemos evidenciar la realidad nacional en cuanto a
rentabilidad e ingresos en nuestro país de acuerdo a la inversión o nivel
académico, pese a que las cifras mencionadas son muy inferiores a rangos
internacionales, sin embargo, la relación de nivel de formación e ingreso
económico muestra un buen retorno a lo que significa la inversión en la
formación de recursos humanos y el poder adquisitivo de los Bolivianos, estos
tatos reflejan un estudio anterior reflejado en el INE 2019, debido a la
inflación económica y la situación sociopolítica actual de nuestro país estos
datos se alejan de la realidad; sin embargo, aún mantenemos la línea del efecto
positivo de la educación y sus beneficios personales y sociales.
Figura 2. Rentabilidad de la inversión en
educación por ingresos
Podemos
apreciar que el retorno de la inversión no es al 100% en muchos casos; sin embargo,
la relación de inversión va casi proporcional con el nivel de desarrollo de los
países industrializados.
Brasil
presenta un estudio a solicitud de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a
la Educación (CLADE) por, Crespo Burgos, (2020) en el cual nos muestran datos
relevantes de la relación de inversión en la educación tanto del nivel
primario, secundario y universitario, con el impacto en las desigualdades
sociales políticas y de oportunidades en Latinoamérica y su efecto inminente en
la problemática social de pobreza y economía de los países, detalla los cambios
2.
Impacto
internacional de la educación y el desarrollo
Para
los países industrializados, Patrinos (2004), menciona en un estudio cuasi
experimental el impacto positivo de la inversión en recursos humanos sobre la
economía y desarrollo de los países industrializados, donde se obtienen
resultados tangibles y mensurables de la inversión en la educación. Estos
resultados nos motivan para continuar trabajando y confiando en que la
educación es, entre tantos, una de las mejores alternativas y propuestas para
la economía y desarrollo de todos los países.
increíbles
que se han tenido en los últimos 20 años en la educación y la inversión social
y política en esta área; sin embargo, se han tenido que hacer ajustes debido a
la pandemia del Covid -19 con repercusiones inmediatas, por tanto, se están
haciendo los esfuerzos suficientes para alcanzar las metas y objetivos
propuestos por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación
(CLADE), el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE)
UNESCO Buenos Aires y Oxfam quienes se han sumado esfuerzos para elaborar el
estudio regional de Desigualdades educativas en América Latina para el 2024,
por lo cual continúan buscando estrategias políticas y de gobierno para
alcanzar las metas de inversión en la educación y así brindar mayores oportunidades
de estudio y formación con un efecto inmediato sobre los niveles de pobreza y
desigualdad de los países involucrados.
3. Educación y COVID-19
El
cierre de escuelas tuvo un efecto directo en el aprendizaje de los niños
(Hammerstein et al., 2021, y Werner y Woessmann, 2021). Particularmente en
América Latina, el impacto de la pandemia en estas tres dimensiones ha sido uno
de los más fuertes a nivel mundial.
En
efecto, considerando todas estas dimensiones en sus simulaciones: crisis
sanitaria, crisis económica recesión y pérdidas educativas, Neidhöfer et al.
(2021) predicen una gran caída en la probabilidad de completar la educación
secundaria para las cohortes actuales de 15 años a 19 en América Latina.
Estudios posteriores basados en información en tiempo real de encuestas o datos
administrativos sobre pérdidas de aprendizaje, desconexión de la escuela y las
tasas de abandono escolar en 2020 confirman que la pandemia tuvo un impacto
negativo significativo efecto a corto plazo sobre la educación en básicamente
todos los países de la región. Si bien estas estimaciones se refieren al año
2020, la situación no mejoró sustancialmente en 2021.
Aunque
las economías latinoamericanas se recuperaron ligeramente respecto al año
anterior, un elevado número de contagios aún limita la asistencia escolar
vacantes y aprendizaje en persona en la mayoría de los países en cada país, las
semanas regulares de escuela que los niños habrían tenido es menor en
comparación a los periodos prepandemia. En la mayoría de los países, la
proporción de semanas con escuelas cerradas excede el 90 % del tiempo de
instrucción en los dos años académicos. El promedio en todos los países es del
85 %. (Bracco et al., 2022).
CONCLUSIONES
Después
de una revisión exhaustiva de la bibliografía disponible y de artículos
científicos sobre el tema, consideramos que existe una evidencia significativa
tanto fuera del país como dentro, que el nivel de educación tiene una relación
inversamente proporcional con el nivel educativo dentro del hogar, y es responsable
de que la persona siga en la pobreza, siendo la educación el principal factor
que le permite emerger de la misma.
Diversos
autores evocan que no es la única causa de pobreza, pero sí la más importante;
otras causas como las deficiencias en el sistema educativo, la desigualdad, la
migración, los conflictos y la violencia, son problemas que también deberían
ser considerados; sin embargo, parece un círculo vicioso donde la pobreza
condiciona las oportunidades de educación y por ende es persistente.
Las
ventajas de la educación no son solo personales, ya que permite al ser humano
ser un aporte valioso para el desarrollo de un país, permite que el individuo
tenga mejores herramientas y recursos de adaptación a una sociedad y mejore su
calidad de vida.
Si
los gobernantes de los países se comprometieran y direccionaran las políticas
de gobierno con una mejor y mayor inversión en la educación en Latinoamérica y
principalmente en nuestro país se alcanzarían más fácilmente los objetivos y
los resultados globales de tener una población con oportunidades iguales en
beneficio de la comunidad en general y así elevar la calidad de vida con
mejores oportunidades personales y colectivas a nivel nacional.
La
pandemia ha venido a comprometer y disminuir la calidad (no tan buena) de
nuestro sistema educativo, evidenciando fallas en la formación y en la
capacitación continua de maestros, esto sumado a otros problemas como el
abandono escolar, han ocasionado un retraso significativo en el avance
curricular que se ha hecho más evidente al analizar el nivel con el que
ingresan los estudiantes de primeros semestres de la universidad. Se considera
que a futuro podría incidir en los niveles de pobreza en Latinoamérica y en
Bolivia, particularmente lo cual se podrá palpar en los próximos años.
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