Volumen 4, No. 6
Enero - junio 2022
Páginas
40 – 51
ISSN:
2710 - 0537
ISSN-L: 2710 - 0537
Inteligencia social y convivencia escolar en una
institución pública del Perú
Social intelligence and school coexistence in a public
institution in Peru
Julia Maximina Villavicencio Flores
juliavillavicencio78@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-2841-251X
Universidad César Vallejo
Mirtha Betty Bocanegra Morales
https://orcid.org/0000-0002-9730-5761
Universidad Nacional Federico Villarreal, Lima, Perú
Lisset Ketty Cordero Sarmiento
https://orcid.org/0000-0002-9680-549X
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú
Cindy Elizabeth Morán Espinosa
https://orcid.org/0000-0002-6477-9709
Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y
Valle, Lima, Perú
Recibido en octubre 2021 | Arbitrado en noviembre 2021
| Aceptado en diciembre, 2021 | Publicado en enero 2022
Resumen
La
investigación se realizó en el distrito de Los Olivos, tuvo como objetivo
general determinar la relación entre la inteligencia social y la convivencia
escolar en los estudiantes del V ciclo de una institución educativa. El estudio
se encuentra bajo el paradigma cuantitativo, método hipotético-deductivo, de
diseño no experimentaltransversal. La población
estuvo conformada por 198 estudiantes y la muestra fue de 131. La técnica
empleada para recolectar la información fue la encuesta y los instrumentos de recolección
de datos fueron dos cuestionarios. Los resultados de la investigación dan una
correlación de Rho de Spearman de ,978 entre la variable inteligencia social y
la variable convivencia escolar, lo que indica que existe correlación fuerte
entre las variables mencionadas y la significancia de p= ,000 es menor a α = ,05 por lo cual se acepta la
hipótesis del investigador. Concluyendo que existe una relación directa y
significativa entre la variable: inteligencia social y los componentes de la
variable: convivencia escolar.
Palabras clave: Inteligencia social; clima escolar;
prácticas educativas; resolución de conflictos
Abstract
The research was
carried out in the district of Los Olivos, its general objective was to
determine the relationship between social intelligence and school coexistence
in students of the V cycle of an educational institution. The study is under
the quantitative paradigm, hypothetical-deductive method, of
non-experimental-cross-sectional design. The population consisted of 198
students and the sample was 131. The technique used to collect the information
was the survey and the data collection instruments were two questionnaires. The
research results give a Spearman’s Rho correlation of .978 between the social
intelligence variable and the school coexistence variable, which indicates that
there is a strong correlation between the mentioned variables and the significance
of p = .000 is less than α =,
05 for which the researcher’s hypothesis is accepted. Concluding that there is
a direct and significant relationship between the variable: social intelligence
and the components of the variable: school coexistence.
Keywords: Social
intelligence; school climate; educational practices; conflict resolution.
INTRODUCCIÓN
Las distintas sociedades del mundo en estos tiempos manifiestan
constantemente violencia en sus diversas expresiones. Se nota falta de respeto,
estima y tolerancia hacia las personas que cohabitan en un determinado espacio
perjudicando así una sociabilidad saludable entre los integrantes de un grupo,
viéndose una falta de inteligencia en el actuar. Dentro de estas expresiones de
violencia se ven involucradas las escuelas que a pesar de los esfuerzos
comunitarios no se ha podido aniquilar estos eventos.
La Unesco y sus estados miembros convinieron entre el 2001 y 2010
afrontar y remediar tal situación impulsando una cultura de paz de manera
internacional entre los niños. Dicha incentiva muestra la preocupación global
por promover desde las escuelas una convivencia sana y libre de intimidación.
En el 2011 una publicación de Unicef muestra que los atentados verbales y
físicos entre los miembros de los centros educativos de Hispanoamérica son
frecuentes. Los alumnos son irrespetuosos con los maestros o los maestros con
los alumnos, también se muestra el poco respeto entre colegas que va más allá
de una conducta oral o ademán llegando en algunas circunstancias a la agresión
física, con ello se evidencia una precaria convivencia en las escuelas.
Este problema también afecta a las escuelas peruanas en todos sus
ámbitos, por ello el Ministerio de Educación (Minedu, 2017) a través del
Currículo Nacional plantea desarrollar valores éticos-sociales dentro de las
escuelas con miras a forjar ciudadanos idóneos, los cuales instituyan en la
sociedad criterios de equidad, justicia e inclusión para todos. Este
planteamiento tiene el propósito de prevención al acoso escolar y a todo tipo
de agresión entre estudiantes, tanto dentro o fuera de las escuelas. A ello la
labor del docente toma un giro importante ya que, se debe encaminar al impulso
de la inteligencia social desde la etapa temprana para lograr una propicia
convivencia escolar empleando oportunamente programas de intervención o
estrategias que ayuden en la modificación de la conducta estudiantil. Es por
ello, que los valores heredados en el hogar se ratifican en las escuelas. De
acuerdo con el Currículo Nacional se debe enfocar la implementación y fomento
de la convivencia democrática desarrollando un acompañamiento tutorial
permanente y planificado, asimismo el área de Personal Social debe estar
encaminada al perfeccionamiento personal y social del educando teniendo como
plataforma la resolución pacífica de hostilidades, la tolerancia, la formación
ciudadana y entre otros.
Las instituciones educativas públicas no están ajenas ante el proceder
impropio de unos estudiantes que alteran la concordia escolar con agresiones
físicas o verbales, controversias, sarcasmos y provocaciones entre compañeros,
sumándose los estudiantes que no pueden resolver un problema asertivamente. En
la convivencia diaria algunos de los estudiantes muestran conductas que
adquieren de otros entornos. Muchos demuestran conductas aprendidas y
practicadas en su hogar o ámbito social como normales, desde pequeños han
percibido estas y por ello es normal reaccionar en ocasiones con golpes,
insultos o amenazas hacia sus compañeros o provocarlos para dar inicio a una
gresca. Es por ello que es necesario que las escuelas tomen como aliados a las
familias, trabajar con ellas de la mano, así como lo señalan Fuentes y Pérez
(2019) y Mendoza y Barrera (2018), este trabajo organizado ayudará en el
perfeccionamiento del comportamiento de los escolares dejando así de lado la
idea errónea de algunos padres de familia que piensan que las autoridades
educativas no realizan ninguna acción para corregir las inadecuadas conductas
de los estudiantes.
Por otro lado, también están los padres que desconocen que sus hijos
presentan este tipo de conducta en la escuela y no se puede dejar mencionar que
hay otro grupo que las apoya, por ello es sumamente necesario incluir y
concientizar a las familias sobre la actual situación que se está viviendo para
que juntos busquen dar solución a un problema que cada día se torna más grande.
Con esta oportuna apertura de las familias al proceso de formación de sus hijos
la apreciación sobre el trabajo que realizan los docentes será diferente y
juntos lograrán que las conductas de los estudiantes se modifiquen formando
personas útiles e integras. Logrando que el ideal de sociedad que se desea vaya
construyéndose de a poco, será una tarea difícil pero no imposible.
Marco Teórico
En referencia a los trabajos previos internacionales; en Pakistán Ali,
Ahmad y Khan (2019), desarrollaron una indagación de las divergencias entre el
género, edad y localidad de los estudiantes con respecto a la inteligencia
social. La investigación fue de diseño transversal, emplearon las pruebas Anova y t del Spss para el
procesamiento de datos dando como conclusión que el progreso de la inteligencia
social no se ve influenciada significativamente por el género ni la por la
localidad, pero sí con la edad, ya que cuando esta va aumentando la
inteligencia social se incrementa.
Así también, España Corzo (2018) efectuó una investigación donde revela
que las herramientas para mejorar de la convivencia escolar son las diferencias
personales, así como la formación emocional de la comunidad educativa y el
liderazgo compartido, recalcando que el desarrollo positivo de un clima de
convivencia se ve favorecido con la mediación y el diálogo, por lo tanto, se
resolvió señalando, que a los maestros les corresponde desarrollar metodologías
efectivas y estrategias para enfrentar
los diferentes problemas que acaecen en la escuela. Al mismo tiempo,
conviene implementar programas indispensables donde se le brinde al profesorado
las herramientas oportunas para afinar la convivencia tomando como punto de
partida la inclusión.
En referencia a los trabajos previos nacionales, en Ica Morales y Pérez
(2018) realizaron un estudio cuantitativo no experimental correlacional sobre
la relación entre las habilidades sociales y la convivencia escolar.
Concluyendo que relación entre las variables es significante (r=,711) por ello
una mejor convivencia escolar se da a mayor desarrollo de habilidades sociales.
Una investigación similar fue realizada por Cáceres (2017) en instituciones
educativas de Chorrillos integrantes de la Red 12, la cual fue de enfoque
cuantitativo, correlacional– transversal no experimental. Empleándose como
técnica de recolección de datos la encuesta. Concluyendo que la relación entre
ambas variables es significativa (r=0,574).
Así mismo, en
instituciones educativas de Carabayllo Tapia (2018) y
Vicente (2017) efectuaron investigaciones sobre la relación de habilidades
blandas en la convivencia escolar. Ambas investigaciones emplearon el método
hipotético-deductivo, enfoque cuantitativo, correlacional no experimental
transversal. Ambos trabajos en sus resultados señalaron que las variables se
relacionan significativamente (r = 0,641 y r = 0,756), corroborándose así que
una sobresaliente convivencia escolar se da a mayor aumento de habilidades
blandas.
El término de inteligencia social no es propio del presente siglo desde
tiempos atrás ha sido investigada. El primero en definirla fue Thorndike (1920)
que la menciona como habilidad necesaria de todo hombre y mujer en el mundo
para vivir y sobrevivir. La idea general de inteligencia fue ampliada por
Gardner (2001), dando origen a la concepción de inteligencia interpersonal como
destreza de interacción comprendiendo a los demás dentro de sus relaciones
sociales, retomando y ampliando el pensamiento de Thorndike.
En la actualidad el tema sigue siendo de gran interés, atrayendo a
nuevos investigadores en especial del campo psicológico tales como Goleman
(2006), Albrecht (2006), Wawra (2009), Kihlstrom y Cantor (2011), Morgado (2012), Punset (2014), Schvarstein (2015), Barraca (2018), Haflongber
y Saikia (2018) quienes delimitan a la inteligencia
social a modo de arte que ostenta el individuo para interactuar asertiva y
empáticamente en distintos ambientes donde se conduzca. Del mismo modo, es la
facultad de tratar circunstancias sociales y solucionar conflictos o problemas
diarios empleando su capacidad de comunicación, examinando sus potencialidades
e inseguridades al vincularse con otros individuos obteniendo de este modo una
adecuada convivencia y, por lo tanto, eficacia en su desenvolvimiento social.
Tanto Rezaei y Khosroshahi
(2018) como otros colaboradores sostienen que, para adquirir complacencia con
la vida, los sujetos deben poseer, además de inteligencia social, optimismo y
afecto positivo.
Albrecht (2006)
propone y define las siguientes dimensiones para la variable Inteligencia
Social: la apreciación personal, habilidades sociales y el estilo de
interacción.
Apreciación personal, es la evaluación de cómo las personas definen a
otras y la influencia de este concepto en los demás. Se puede tomar como objeto
de análisis la persona en sí misma, así como ciertos semblantes de su
naturaleza o desempeño.
Habilidades sociales, el autor señala que en la vida y en el liderazgo
son necesarias desarrollar cinco competencias, las cuales son especificadas con
el acrónimo S.P.A.C.E, haciendo mención a Situacional
Awareness, Presence, Authenticity, Clarity y Empathy. Estas habilidades serán situadas en la
investigación a modo de indicadores de la dimensión.
•
Conciencia Situacional: Destreza para concebir los
diversos modelos, contextos y paradigmas que se originan socialmente de las
intercomunicaciones.
•
Presencia: Es la influencia de una persona hacia los
demás, mediante sus manifestaciones externas, ya sean actitudinales, físicas o
corporales, es decir, es la impresión proyectada a los demás en entorno social.
•
Autenticidad: se refiere a cómo una persona se muestra
a los demás, es decir, si son genuinos o artificiales. En la sociedad se puede
encontrar personas que proyectan seguridad cuando se encuentran en grupo, pero
con inconvenientes particulares de interacción.
•
Claridad: Es la comunicación eficaz al momento de
exponer conceptos o ideas. Es enunciar pensamientos u opiniones de forma clara
empleando el lenguaje
•
Empatía: Es la cualidad de promover un vínculo
cooperativo, es cómo sincronizar con otras personas siendo responsables y
respetuosos de sus sentimientos.
Estilo de interacción, es entender la conexión consigo mismo y los
demás. El autor define ciertos estilos de interrelación, aclarando que ninguno
es superior que otro. Entre
ellos:
•
Diplomáticos: mediante las relaciones sociales buscan
la aprobación.
•
Impulsadores: Animan a los demás a desarrollar una
labor específica gracias al amplio nivel de energía social que poseen
•
Solitarios: son aquellos que luego de una intensa
interacción social necesitan estar solos para incrementan sus energías; no son
calificados antisociales.
•
Energizadores: estimulan a
los individuos para el trabajo colaborativo con intenciones de un propósito
común.
La convivencia escolar es el medio donde los integrantes de la comunidad
educativa establecen relaciones socioafectivas, éticas e intelectuales en modo
democrático a través del descubrimiento y entendimiento de sus semejantes de
manera responsable (Beech y Marchesi, 2008; Garreton, 2013; Bravo y Herrera 2011; Tuvilla,
2004; Bourdieu, 1998). A ello, Stecanela (2018)
menciona que en la escuela no solo se debe aprender conocimientos académicos
sino desarrollar la parte social de sus integrantes mediante la comunicación,
el respeto y valoración a la diversidad y sobre todo resolver los problemas
pacíficamente. En cuanto, Sánchez, Alarcón y Aranda (2015), manifiestan que es
importante que los estudiantes se identifiquen con su espacio se sientan parte
del mismo y así aprenderán a relacionarse mediante el juego y el aprendizaje.
El soporte teórico para convivencia escolar es definido por Beech y Marchesi (2008) y Tuvilla
(2014) que aseveran que si los componentes de la escuela interactúan
positivamente lograrán una coexistencia de óptima donde cada uno se compromete
a construir colectivamente un clima equilibrado, es decir, un ambiente
favorable para el desarrollo de interrelaciones sociales y organizacionales,
que a posterior servirán de patrón a los
niños, adolescentes y jóvenes en cuanto a relaciones sociales. Se sabe
que a las escuelas acuden estudiantes con diferentes características y
particularidades formándose grupos heterogéneos, por ello estas diferencias
deben ser vistas como oportunidad de trabajo en el fortalecimiento asertivo de
la convivencia, resolver los conflictos oportunamente mediante la reflexión
llegando a un aprendizaje, cabe resaltar que los conflictos escolares deben ser
visto como oportunidad de autoconocimiento emocional
(Corzo ,2018; Fiella
et al., 2018).
Tuvilla (2004) define
las dimensiones para la variable convivencia escolar estableciendo las
siguientes: prácticas educativas, clima escolar y resolución de conflictos.
Clima escolar, entendido como las actitudes, valores y sensaciones que
se desarrollan en la escuela, ambiente donde se dan los nexos sociales, así
mismo, es la coherencia entre las intenciones formativas con las exigencias
sociales.
De acuerdo a la ilustración se entiende que clima escolar es un abanico
de percepciones, actitudes y manifestaciones afectivas que establecen educandos
y maestros correspondientes a los procedimientos que subsisten en el contorno
educativo. Los resultados de los estudiantes en su trayectoria académica se
deben al gran impacto que proyecta un clima escolar positivo, así mismo,
contribuye al progreso de sus aptitudes ciudadanas y democráticas aminorando
comportamientos de conflicto.
Prácticas educativas, son aquellas que conjuntamente con la gestión
educativa conmocionan extraordinariamente en el clima escolar. Las mismas que
deben estar explicitas en el plan de gestión siendo impactantes para los
estudiantes mejorando así sus sentimientos de pertenencia y sus relaciones
sociales. También aclara que en la formulación del reglamento escolar se debe
tomar en cuenta la apreciación de los estudiantes para que lo cumplan con buena
predisposición, recordemos que este es el documento que rige y regula la
convivencia y si fue formulado democráticamente cada miembro de la comunidad
educativa se sentirá incluido y parte de la justicia que en él se imparte.
Resolución de conflictos, tener conflictos es parte inherente al ser
humano estos son inexcusables para el progreso e incremento social de las
personas, por lo tanto, de la sociedad viabilizando su evolución. La realidad
de un colegio no se evade de este concepto; los docentes deben absolver los
conflictos fomentando en los estudiantes el razonamiento de modo que estos se
tornan oportunidades de aprendizaje, en búsqueda de resultados positivos para
la vida suscitando el crecimiento de destrezas resolutivas de conflictos.
Lo anterior permite hipotetizar que los estudiantes que desarrollen una
adecuada la inteligencia social se desenvolverán mejor en la convivencia
escolar mostrando un óptimo clima escolar, participación de las prácticas
educativas y resolución de conflictos de manera democrática.
De acuerdo con Ñaupas (2014) se aplicó el método hipotético-deductivo.
Se analizaron los datos obtenidos para aceptar o refutar la hipótesis
planteada. La investigación fue básica, ya que según Carrasco (2009) solo se
profundizó y amplió los saberes ya existentes.
Así mismo, se describió la relación entre las variables por ello, fue
descriptiva-correlacional. De acuerdo con Hernández, Fernández y Baptista
(2014), la investigación puede llegar a ser descriptiva, experimental,
explicativa o correlacional, no asentándose exclusivamente como tal.
Se recurrió como técnica de recopilación de datos la encuesta, siguiendo
a Hernández, Fernández y Baptista (2014) es el proceso apropiado para recaudar
los datos en un mismo momento en la muestra. Los instrumentos, según los
autores, son herramientas necesarias en la obtención de aclaración de las
variables. Se administraron en la investigación dos encuestas referentes a las
variables en los estudiantes del V ciclo de una institución educativa pública
del Perú.
La población fue constituida por 198 estudiantes del V ciclo. Obteniendo
para motivos de estudio una muestra de 131 y se aplicaron 1 encuesta por
variable.
Para efectuar la síntesis de los datos, se destinó la prueba de bondad o
normalidad de ajuste de Kolmogorov de Srmirnov, subsecuentemente, se utilizó la estadística
descriptiva e inferencial, después se empleó el software estadístico SPSS 24
para procesar la información y la correlación de los resultados se consiguió
con el estadígrafo no paramétrico del Rho Spearman, en la constatación de las
hipótesis se asignó la estadística inferencial.
En la tabla se muestran las deducciones cuantitativas:
Tabla 1. Relación de las
variables y sus dimensiones
Hipótesis |
Variables * Correlación |
Rho-Spearman |
SignificatividadBilateral |
N |
Nivel |
Hipótesis general |
Inteligencia social * Convivencia escolar |
,978** |
,000 |
131 |
Muy alta |
Hipótesis específica-1 |
Inteligencia social * Clima escolar |
,718* |
,000 |
131 |
Alta |
Hipótesis específica-2 |
Inteligencia social * Prácticas
educativas |
,530** |
,000 |
131 |
Alta |
Hipótesis específica-3 |
Inteligencia
social * Resolución de conflictos |
,530** |
,000 |
131 |
Alta |
*. La correlación es significativa
en el nivel 0,05 (bilateral).
Con los anteriores resultados evidenciamos que prevalece una correlación
positiva muy fuerte entre la inteligencia social y la convivencia escolar al
obtener un valor de 0.978; es decir a mayor inteligencia social, la convivencia
escolar será mejor. Así mismo demostramos que entre ambas variables existe una
relación muy alta de 97,8%. Con
obtención del valor de significancia de p(sig)=0.000
menor de 0.05; se desestima la hipótesis nula y se aprueba la alterna,
señalando que sí hay correspondencia entre ambas variables.
En la tabla también se observa la correspondencia de la primera variable
con las dimensiones de la convivencia escolar. El nivel de correlación
considerable que se muestra en el primer resultado a es de ,718 entre la
inteligencia social con la dimensión clima escolar siendo p= ,000 < 0,05
rechazando así la H0 y se aceptando
la H1 dando como
conclusión la existente relación entre la inteligencia social y el clima
escolar. Al mismo tiempo, se distingue una correlación media de ,530 entre la
inteligencia social y las prácticas educativas en el que p= ,001 < 0,05
rechazando también la H0 y se admite la
H2, deduciendo la relación que sí existe entre la
inteligencia social y las prácticas educativas. Finalmente, se divisa entre la
inteligencia social y la resolución de conflictos una correlación media de ,530
en el cual p= ,001 < 0.05 impugnando la H0 y admitiendo la
H3, demostrando así la dependencia entre la inteligencia
social y la resolución de problemas.
En cuanto a la hipótesis general: Los alcances inferenciales muestran
una correlación muy fuerte de r= ,978 respecto al coeficiente del Rho de
Spearman revelando la enérgica correlación entre las variables de estudio.
Confrontando los hallazgos obtenidos con diferentes estudios tales como,
González y Moyano (2014) donde establecen que los pedagogos deben estar
enterados sobre la inteligencia social desarrollándola con los estudiantes
empleando estrategias adecuadas, por lo tanto, se puede señalar que la muestra
de estudiantes del estudio adopta adecuadamente las disposiciones brindadas por
sus maestros en la conducción de la convivencia.
De igual modo, en su investigación Corzo (2018) detalla que las
cualidades que posee el docente y las estrategias que emplea asumen un papel
importante dentro de la escuela, reconocer las diferencias personales de los
estudiantes con miras a su partición dentro de la comunidad favorece en la
construcción de la convivencia dentro un clima positivo donde ellos van
desarrollando paulatinamente sus capacidades sociales y habilidades blandas
siendo en un futuro mejores personas que contribuyan en la sociedad.
En la investigación con relación
a las hipótesis específicas propuestas se consiguieron las recientes
impresiones: hipótesis especifica 1 se muestra la correspondencia entre la
inteligencia social y el clima escolar de r= ,718 validada mediante el Rho de
Spearman, expresando una correlación de nivel considerable entre la
inteligencia social y el clima escolar. Impresiones que se comprueban con el
estudio de Morales y Pérez (2018) quienes consiguieron una correlación muy
significativa (r= ,711) entre las habilidades sociales y la convivencia
escolar, reafirmándose el sustento de Tuvilla (2004)
al manifestar que importante es el desenvolvimiento del alumnado en un adecuado
clima escolar, el cual contribuye positivamente en su educación integral.
Hipótesis especifica 2 indica la correlación entre la inteligencia
social y las prácticas educativas. El Rho de Spearman de r= ,530 valida la
hipótesis reflejando una fuerte correlación fuerte entre ambas variables, ante
ello se menciona que las relaciones sociales de los estudiantes se irán
incrementado con la participación activa de ellos en los diferentes eventos que
promueva la escuela. Dicho resultado es confirmado con investigaciones tales
como Corzo (2018) quien demostró que la intervención de los estudiantes en la
comunidad educativa da una correlación positiva respecto al desarrollo del
liderazgo estudiantil, que es acrecentado con las tácticas que emplean los
maestros para la promoción de la inteligencia social, en tal sentido la
relación maestro- estudiante es positiva cuando el alumnado participa de las
prácticas educativas desarrollando un sentimiento de identificación,
pertenencia y estima a ellas (González y Moyano,2014; Tuvilla,
2004).
En la hipótesis específica 3 se observa la correspondencia entre la
inteligencia social y la resolución de conflictos. La hipótesis se afirma con
un nivel de correlación fuerte determinada por el Rho de Spearman de r= ,530
entre las variables, como se puede distinguir a un mayor roce social que la
persona va desarrollando podrá resolver sin problema alguno los conflictos
cotidianos que pudiesen presentarse. Resultado que se contrasta con Filella et al (2018)
los cuales sostienen que la conducción de resolución de conflictos se halla
estrechamente eslabonado con el valor emocional y social del educando, en otras
palabras, el saber distinguir y entender los estados ánimo que puedan presentar
sus compañeros de escuela. A ello, Fuentes y Pérez (2019) puntualizan que
dentro de las escuelas coexiste una cantidad mínima de estudiantes interfieren
en el clima escolar por no saber resolver en forma adecuada los conflictos,
pero también se hayan los contrapuestos, que son una mayor cantidad, que los
soluciona asertivamente sin perjudicar y deteriorar el clima.
Tuvilla
(2004) describe que dentro de un grupo social mínimo o mayoritario resulta
irremediablemente que surja el conflicto, ya que este es parte del crecimiento
social proporcionando como consecuencia un cambio, recordemos que somos una
sociedad activa que va evolucionando con el tiempo, adaptándose a los cambios
que se van originando. Así pasa también con los individuos, durante su
crecimiento transitan por una sucesión de conflictos, por un muñeco al ser
niños, por una opinión, en realidad la circunstancia no importa, con las
disyuntivas va a descubrir, lo realmente importante que es saber cómo hacerles
frente y darles solución sin agredir a nadie teniendo siempre como consigna la
democracia, respetando las facultades de las personas y la empatía situándose
en el lugar del otro evitando así abusos e ilegalidades.
Primera: Se
demuestra la relación existente entre las variables mediante la correlación del
coeficiente de Spearman de r= ,978
obteniendo una significancia de p= ,000 < 0,05 por lo que se determina que
existe una relación significativa entre las variables. Presumiendo que a mayor
perfeccionamiento inteligencia social más óptima será la convivencia escolar.
Segunda: La
correlación de la inteligencia social con el clima escolar se expresó mediante
el coeficiente de Spearman de r= ,718
que indica una correlación fuerte con p= ,000 < 0,05 de significancia,
determinando consecuentemente que entre la variable y el clima escolar sí
coexiste una relación significativa en los estudiantes del V ciclo de la
muestra. Infiriendo que, a mayor desarrollo de la inteligencia social, el clima
escolar será más propicio.
Tercera: Respecto a la relación entre la inteligencia social con las
prácticas educativas, se indica una correlación de nivel moderado respecto al
Rho de Spearman de r= ,530 y p =
0.001 < 0.05 de significancia. En efecto, se determina que entre la variable
y las prácticas educativas relación la correlación existente es significativa
en los sujetos de estudio. Por lo tanto, se concluye que mejorando inteligencia
social se optimizan las prácticas educativas.
Cuarta: Se demuestra la congruencia de la
inteligencia social con la resolución de conflictos a través del coeficiente de
Spearman con una significancia de p = 0.001 < 0.05 y una correlación de r= ,530 siendo moderada, determinando
que entre la variable y la resolución de conflictos sí existe una relación
significativa en los estudiantes del V ciclo.
Por lo que, se deduce la resolución de conflictos mejorará a mayor
desarrollo de la inteligencia social.
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